Ars Combinatoria
es el nombre de la retrospectiva que se puede ver estos días en la
Fundació Catalunya - La Pedrera de Barcelona y que resume a la
perfección el modus operandi de Chema Madoz. Uno de
los aspectos más interesantes de la obra de este genial fotógrafo radica en la asociación de imágenes y conceptos mediante el uso de objetos cotidianos extraídos de su
contexto habitual, creando conexiones inadvertidas y sutiles, en un juego visual que
tiene mucho del surrealismo de René Magritte, el ready-made de Marcel Duchamp y la poesía visual de Joan Brossa.
Esta
ironía en su obra, que busca la complicidad de la mirada, así como el
hecho de que los objetos sean el tema principal de sus fotografías,
hacen que su trabajo resulte cercano al realizado en el diseño de
algunos escaparates que usan estos recursos para captar la atención del
observador. Quizás por eso, no sorprende que la firma Hermès haya
escogido a Chema Madoz como artista invitado para uno de sus escaparates Carte Blanche en la tienda de Paseo de Gracia, a sólo unos metros del edificio de La Pedrera donde hasta el 28 de julio se expone su trabajo fotográfico.
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